
DUDAR
NOS ACOSTUMBRAMOS A
¿Y SI SUPIERAS QUE NO PUEDES FALLAR?
Nos acostumbramos a dudar, a esperar el momento perfecto, a pedir permiso… cuando en realidad vinimos a crear, a experimentar, a expandirno
Haz una pausa. Respira.
Imagina por un momento que el fracaso no existe.
Que cada paso que das —incluso aquellos que no salen como esperabas— son parte del plan perfecto de tu alma para recordarte quién eres.
¿Y si supieras que
NO PUEDES FALLAR?


¿Qué harías si supieras que no puedes fallar?
¿Te atreverías a comenzar ese proyecto?
¿A dejar una relación que ya no resuena contigo?
¿A seguir la voz de tu intuición aunque el mundo diga lo contrario?
La mayoría de las veces no es el miedo al error lo que nos detiene, sino el olvido de nuestra propia grandeza.
Nos acostumbramos a dudar, a esperar el momento perfecto, a pedir permiso… cuando en realidad vinimos a crear, a experimentar, a expandirnos.
Y como decía Anaïs Nin, “La vida se encoge o se expande en proporción al coraje de uno.”
No es la suerte. No es el destino. Es el coraje de mirar hacia adentro, reconocer el potencial infinito que habita en ti… y dar el paso.
Consejito del alma:
Escucha tu intuición. Esa vocecita que no grita pero que siempre sabe.
Da un paso hoy, aunque sea pequeño, hacia eso que te hace vibrar.
Y si sientes miedo… no huyas. Abrázalo. El miedo también te está señalando el camino.
Recuerda: No puedes fallar cuando caminas con el corazón abierto.
Lo que hoy parece un error, mañana será una enseñanza… y al final, todo suma a tu despertar.
Así que, ¿qué vas a hacer con todo el poder que llevas dentro?
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“No será frecuente, pero será con alma.”
