¿QUÉ MENSAJE TE ESTÁ DEJANDO ESTA DIFICULTAD SOBRE TI MISMO?

No estás aquí por casualidad.

Cada situación, cada desafío, cada “piedra en el camino” guarda un propósito más grande del que muchas veces alcanzamos a ver.
Lo que ahora parece un obstáculo, puede ser justo el empujón que tu alma necesitaba para recordar su fuerza.

Las dificultades no vienen a castigarte. Vienen a despertarte.

C.S. Lewis lo dijo con sabiduría:
“Las dificultades preparan a personas comunes para destinos extraordinarios.”
Y tú, aunque a veces lo olvides, llevas dentro el potencial de algo extraordinario.

Entonces… en vez de preguntarte “¿por qué me pasa esto a mí?”, prueba a preguntarte:
“¿Qué está queriendo enseñarme esta experiencia sobre mí mismo?”
Tal vez sea tu valentía.
Tu capacidad de soltar.
Tu poder de elegir desde la certeza en lugar del miedo.
O quizás, simplemente, sea la oportunidad de parar, mirar hacia adentro… y volver a ti.

Recuerdos de tu ser más elevado.

· Siente lo que tengas que sentir.

No corras a “sanarte”. Permítete sentir tristeza, frustración, enojo… sin juicio. Las emociones no son errores; son mensajes. Escúchalas con compasión.

· Haz de la dificultad una maestra.

Pregúntate: ¿Qué me está mostrando esto sobre mí que antes no podía ver? Quizás te está revelando una herida antigua, un patrón repetitivo, o una parte de ti que pide atención y amor.

· Escribe, descarga, libérate.

Pon en papel lo que estás viviendo. A veces, escribir lo que nos pasa nos permite observarlo desde otra perspectiva, y ahí surgen revelaciones profundas.

· Pide ayuda si lo necesitas.

Crecer no significa hacerlo todo solo. Parte del aprendizaje del alma es aprender a sostenerse… y dejarse sostener. Busca una guía, un terapeuta, un amigo, un espacio seguro.

· Recuerda que esto también pasará.

Aunque ahora todo parezca gris, no es el final de tu historia. La vida es cíclica, y tú ya has superado más de lo que crees en diferentes vidas. Confía en tu resiliencia.

· No te identifiques con la dificultad.

Tú no eres tu dolor, ni tu error, ni tu herida. Eres el ser que atraviesa todo eso para recordar su poder, su luz y su propósito.

· Cierra el día con gratitud.

Aunque sea difícil, encuentra una cosa, por pequeña que sea, por la que puedas dar gracias. La gratitud abre caminos donde antes solo veías muros.

Lo que estás viviendo ahora también forma parte de tu despertar.
Y cuando mires hacia atrás, verás que no eras débil…
Eras un alma recordando de qué está hecha.

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“No será frecuente, pero será con alma.”